viernes, diciembre 09, 2005

De los 7 de mi infancia....

Ayer fue 7 de diciembre y después de 7 años que llevaba sin celebrarlo, lo pase en la casa de una amiga y bueno me trajo recuerdos... 7 años sin prender las velas en la madrugada, sin charlar hasta tarde y sin siquiera rumbear....

Para mi la mejor época en mi ciudad siempre fue la navidad, el cielo se turna de un color azul profundo que me fascina, el calor cesa para darle paso los deliciosos vientos aliceos, mi cumpleaños a la vuelta de la esquina, navidad y año nuevo, pero solo era hasta el día 7 de diciembre que yo sabia que la época de navidad había llegado.

Antes de mudarme a este palomar en el que vivo, habitaba una casa en paraíso, no era la gran cosa pero era mi casa, y tenias vecinos¡¡¡ por alguna extraña razón cuando se pasa a propiedad horizontal los vecinos pasan a ser simplemente acompañaste de ascensores, en fin.... los 7 por la tarde mi papa salía una hora mas temprano del trabajo y nos llevaba con el a comprar los juegos artificiales que íbamos a quemar en la madrugada, recuerdo una feria que hacían en el parqueadero del coliseo cubierto donde se podían encontrar desde las tradicionales chispitas mariposas hasta cohetes de colores, mis preferidos eran los volcanes, los triqui traque y las chispitas claro esta, mi padre escogía un buen arsenal, donde primaba especialmente los colores, y además una docena de cajas de chispitas mariposas para nosotros, porque eso si a excepción de estas ultimas y los triqui traque, no podías tomar ni prender nada de lo que el compraba, era uso exclusivo de los grandes y respetábamos las reglas, si no, no habría espectáculo nocturno. Entre bullas y festejos llegamos a la casa a cambiarnos, ponernos ropa nueva que nos regalaban nuestros abuelos, porque mi madre como era cubana no tenia esa costumbre de estrenar los 7, a eso de las 7:30 en la casa de alfrente, se abría oficialmente el bar. el "Chocho" (porque esta abierto de oCHO a oCHO y en ocasiones especiales desde las 7:30) y los picos retumbaban con la canción que abría oficialmente para mi la época navideña, las 4 fiestas, mi hermano y yo salíamos emocionados a la calle a encontrarnos con nuestros amigos de la cuadra a prender unas 3 cajas de chispitas preludio de la noche que se nos avecina, jugábamos desde la peregrina pasando por el quemado y cerrábamos con la lleva, luego mis padres nos llamaban había que ir a casa de mis abuelos, no había necesidad de tomar el carro mis abuelos vivían en la otra cuadra y armados con la ultima caja que podíamos quemar el 7 partíamos. Ya en la casa de mis abuelos nos esperaba la comida servida en la mesa a tipo de bufete porque esa fiesta era de puertas abiertas y mis abuelos siempre recibían a los vecinos que llegaban para saludar, atrás en el patio bajo el kiosco de palma donde mi abuelo se sentaba a escribir en las tardes los adultos celebraban mientras en que el jardín del frente bajo la sombra de un enorme roble mis primos, mi hermano y yo prendiamos las ultimas cajas de chispita y uno que otro traki trake traídos de contrabando. A eso de las 9:30 estábamos cenando pero a mi lo que mas me gustaba era el postre: cocadas, caballito, dulce de guayaba, dulce de leche cortada, bolitas de tamarindo, muñecas de dulce de leche (traidas de Cartagena), arropilla y otras exquisiteces típicas de la costa. Y para eso de las 11:00 nosotros ya estábamos cayendo del sueño, los adultos que tenían hijos se despedían, el resto no se iba hasta mas tarde, mi madre nos llevaba a la casa, nos acostaba con la promesa de levantarnos a las 4:00 de la mañana.

Y siempre la cumplió sin falta a las 4:00 de la mañana se presentaba con el café con leche en nuestro cuarto y con un suave hay que prender las velas, mi hermano y yo estábamos de pie como soldados, listos para salir a enfrentar las aventuras de la noche y es que era todo un lujo estar despierto a esa hora de la madrugada. Jose, mi hermano, y yo siempre fuimos los primeros en levantarnos en la cuadra, así que teníamos la misión de levantar el resto de chicos, y en lo que a mi respecta me encantaba cumplirlo, especialmente los que tenían ventanas que daban a la calle, donde teníamos que lanzar piedritas para levantarlos a ellos y no a los padres. Después de que todos estábamos en pie, nos íbamos a mi casa, donde mi mama y mi papa ya tenían las velas, faroles y arsenal en la terraza, primero prendíamos las velas, mi papa decía una pequeña oración a la virgen y yo pedía deseos por cada vela que encendía, luego íbamos a la casa siguiente a prender las velas y así hasta que la cuadra parecía mas bien un pesebre iluminado, y cuando la ultima velita se prendía, empezaban los fuegos artificiales, mi papa nos daba el resto de cajitas mariposas y los triki trake, mientras el se encargaba de quemar todo lo que habíamos comprado, el cielo se iluminaba de colores y yo me acostaba en la terraza a verlo, me fascinaba ver como el cielo oscuro era iluminado no solo por nosotros sino por las familias en nuestra cuadra y las cuadras vecinas y los barrios vecinos, Barranquilla parecía mas bien un arbolito de navidad.

Luego cuando ya no había mas nada que quemar y las estrellas empezaban a apagarse, volvíamos a la terraza de mi casa a contemplar el amanecer, mi mama preparaba chocolate y todos juntos, mi hermano, mi papa, mi mama y yo, nos sentábamos a ver pintarse el cielo Barranquillero de nuevo de un azul encendido, hasta que salía el ultimo rayo de sol no nos levantábamos, no había sueño ni ganas de hacerlo, era un momento mágico para mi contemplar ese amanecer en los brazos de mi padre o mi madre. Después de toda la celebración, venia el desayuno como Dios manda XD, mi papa nos llevaba a comer chicharrón, arepa dulce, empanada, caribañola, chorizo y demás.... yo prefería los deditos de queso, las arepas dulces y las empanadas de queso.

Y luego a dormir un rato, esos eran hace unos 7 años atrás mis inicios de navidad, luego nos mudamos a la pajarera y se acabo todo, no había vecinos que levantar, ni terrazas donde contemplar el amanecer, ni velas que prender, ni faroles que poner, ni pólvora, ni chispitas, ni triki trakes, aun seguía la casa de mis abuelos, pero unos años después se mudaron también a otra pajarera y ahí finalizaron los 7 en mi familia.

Ahora las velas se cambian por Rumba, pero yo este año las cambie de nuevo por una excelente noche rodeada de amigos, sentada en una terraza y prendiendo velitas =0).

Para el proximo año espero llegarle al amanecer y la desyunada tambien XD.

1 comentario:

Jaime Diaz dijo...

Mi Barranquilla... verdad que no hay mejor pueblo que este pueblo...