lunes, abril 07, 2008

La prueba

Y la princesa lo vio venir montado en un caballo negro con el sol poniente a sus espaldas, bajo del marco de la ventana donde lo esperaba y corrió lo mas rápido que sus piernas y el aparatoso vestido que llevaba la dejaban, dejando a su paso una estela de Jazmín, después de tantos días, comunicándose solamente con noticias traídas por el viento, allí estaba el, su caballero andante, el dueño de su corazón, desde que se vieron aquella noche verano cerca de el lago, cuando las estrellas lo bendijeron cayendo como lluvia dorada sobre sus cuerpos mientras trenzaban para ella una túnica de buenos deseos y para el un manto de esperanzas. Regresaba triunfante de su viaje, no fue un viaje de guerra, de conquista, de trabajo, fue simplemente un viaje a su propio interior, ambos querían estar seguros de si mismo, de lo que querían, no deseaban un amor fugaz, deseaban la eternidad por compañera de viaje, como en los cuentos de hadas de ella, felices para siempre. La primera prueba de la distancia y el autoconocimiento estaba superada, ella lo supo apenas vio la silueta en el horizonte, su corazón dio un salto que casi se le sale de su pecho y entonces todo eso que sintió el primer DIA hace un par de años ya, volvió a surgir, esas mariposas revoloteando por todos lados, esa felicidad burbujeante que le hacia cosquillas en el alma haciendo sonreír. El lo supo cuando la vio venir, casi como flotando, el aire jugueteaba con su cabello y falta de su vestido parecían olas de mar sobre el césped, su diosa, su Venus naciente, sintió que todo su cuerpo sonreía, que su corazón bailaba dentro de el a un compás conocido por ellos, se soltó del caballo y salio corriendo hacia ella, impulsados por una fuerza de atracción, por hilos imaginarios que controlaban su fuerza de voluntad, solo quería estar juntos para nunca separarse. Arriba desde lo mas alto de la torre, satisfecho por lo que observaba el viejo rey asentía, habían pasado la prueba, a su lado la reina apoyada contra el suspiraba, ninguno de los dos habían dudado de la joven pareja, ahora venia la segunda prueba, el conocer a el otro, pero de la aceptación de unos mismo viene la de tu pareja, cuando sabes que también tenemos defectos y errores que corregir, viene la paciencia para aceptar tu pareja tal como es y la sabiduría de que el cambio es verdadero cuando viene de uno mismo y no de los demás. Abajo la princesa vio a su caballero a los ojos, era como verlo por primera vez, era sentir esa oleada de amor recorrerla de nuevo, sonrió y el cabello dio un paso hacia ella, la abrazo por la cintura y sentir su piel era como volver a sentir ese amor ardiente que le había quemado la piel la primera vez que la había hecho suya, era volver a sentir en su cuerpo la necesidad de tenerla siempre a su lado.
Ambos sonrieron y sin mas palabras vino lo esperado, el beso, un beso donde trasmitieron libremente sus sentimientos, sus pensamientos, un beso que comenzaba lo que estaba escrito, que estaríaN por siempre juntos.

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